Un paradigma es una creencia que nos limita y encajona, que nos impide evolucionar. Tristemente, en la Literatura Infantil existen muchos de ellos, aunque en este artículo solo te comparto tres de ellos tomados de una conferencia impartida por la escritora Ana Coralia Fernández y la educadora Guadalupe Castellanos.
1. «La literatura infantil debe ser únicamente didáctica»
Pensar que el único objetivo de la literatura infantil es enseñar o moralizar aparta al niño de los grandes propósitos de los libros: entretener, despertar la curiosidad y divertir. Cuando la literatura se quiere limitar solo a ese medio, ya no es literatura, porque deja de pertenecer al arte, que no es más que un símbolo de la libertad de expresión.
Los niños quieren algo que les llame la atención, no que los eduque. Hay una diferencia entre una novela que contiene una moraleja y una novela que pretende moralizar.
2. «Los libros que no contienen texto no valen la pena»
La mayoría de los padres rechazan los álbumes ilustrados para sus hijos por el simple hecho de que no contienen texto, o en muy poco cantidad. Eso es igual a ignorar que las imágenes pueden leerse e interpretarse. Descartarlos es insensato porque sería estar de acuerdo con que el niño no tiene la capacidad de comprender la sinergia entre los dibujos.
Al contrario de lo que se cree, los álbumes ilustrados son de las mejores opciones de lectura, ya que desarrollan la habilidad interpretativa de los niños y de los adultos.
3. «La calidad literaria de los libros infantiles no importa»
Este es uno de los errores más grandes que se puede creer. La escritora de literatura infantil Sara Cano cuenta que antes de dedicarse a escribir para niños tenía asentado este paradigma, una etapa a la que describe con un: «Era idiota, pero me curé».
Los niños son inteligentes; pueden percibir cuando una historia no tiene calidad o es sosa; eso puede llegar a ofenderlos, porque todo lector merece algo digno. Es una pena que haya cientos de libros autopublicados enfocados a los niños con muy poco esmero. Eso es despreciarlos.
Así que desde ahora debemos sentir mucho respeto y admiración por la literatura infantil. Es de las más bellas que hay, aunque las razones por las cuales considero esto las compartiré en un siguiente artículo.
¿Tú también conoces otro paradigma sobre esto? Compártemelo en la cajita de comentarios.
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