Me propuse a escribir varios artículos sobre uno de los mejores libros que leí el año pasado: El poder de ser vulnerable de Brené Brown, quien por más de 20 años se ha dedicado a la investigación de la vergüenza, la empatía y la conexión.
En el artículo pasado abordé el sentimiento de insuficiencia por aprobación. Hoy lo hago sobre los ambientes tóxicos basados en vergüenza y miedo.
Estos ambientes usan la vergüenza, la humillación y el miedo para controlar a las personas. Además, siempre son dirigidos por un jefe o líder soberbio. Pueden darse en un ámbito laboral, en una organización, un comité de vecinos o en la iglesia, sin importar la fe que se profese. Pero, ¿cómo sé si estoy en un ambiente así?
4 Características para detectarlos
1. Son liderados por personas soberbias
Los líderes o jefes de estos ambientes están llenos de vergüenza, por lo que la única escapatoria que encuentran para dejar de sentirla u ocultarla es ejercer control sobre los demás a través del miedo. Humillan a sus subordinados, los hacen sentir insuficientes por no cumplir sus caprichos, los denigran y validan solo a través de su opinión; es como si se creyeran Dios. El rasgo más predominante es que ven a las personas como objetos.
2. Son deshumanizantes
En estos ambientes no eres una persona, sino un peón que está únicamente para cumplir una obligación, una expectativa o una tarea del líder/jefe. Tu valía está en que satisfagas los estándares, exigencias, metas, labores o comportamientos que te piden. Tus necesidades, sentimientos y razones no cuentan, tan solo tu obligación de hacer lo que quiere el líder.
La trampa de esta deshumanización es que no la notarás si eres de los que cumple todo lo que quiere el líder, ya que te tratará como un rey, como un amigo, te lamerá el ego, pero... a la primera ocasión que hagas algo que desapruebe, te convertirás en el último eslabón de su cadena alimenticia. Te denigrará peor que otros para hacer que le obedezcas nuevamente, entonces notarás que siempre te ha visto como un instrumento.
3. La humillación y la vergüenza son un arma de control
Brené Brown coloca el ejemplo de la vida real de una oficina de ventas en la que había un pizarrón con el nombre de los ganadores (quienes cumplían las metas de venta), y de los perdedores (quienes no lo lograban). Eso generaba una presión abrumadora sobre los empleados. Los perdedores se empeñaban en «dejar de serlo» y los ganadores en «mantener su puesto para no perder su valor»; todos trabajan por el mismo objetivo, que era huir del temor a no ser avergonzados. En otras palabras, se les manipulaba con el temor a ser humillados.
4. No permiten la originalidad
No importa si tienes una idea innovadora que ayudará a mejorar las cosas. Si el líder no lo aprueba, te humillará, ya que aceptar que alguien, excepto él, tiene mejores propuestas, es algo que no puede dejar que ocurra. Debido a esto, muchos eligen callar antes que arriesgarse a ser avergonzados. Así es como finalmente el líder se convierte en un fascista.
¿Quién es el culpable de estos ambientes?
Tanto el líder como los seguidores son culpables. El primero, por intentar sanar su vergüenza a través del control, y los segundos, por ceder a los caprichos para evitar la vergüenza. Es un bucle en el que ambas partes son prisioneras del mismo sentimiento.
¿Qué puedo hacer?
Recordar que la suficiencia es arbitraria. Es decir, puede que el jefe o el ambiente como tal te hagan sentir como una persona ineficiente o mala por no cumplir los caprichos del líder, pero eso no te define ni te quita valor. No existe un estándar de insuficiencia o suficiencia, así que las palabras que vengan de otros basados en sus estándares, no cuentan.
Claro, sufrir en ambientes así es doloroso, pero solo queda procesar la vergüenza y poner límites, a ser necesario. Si el sufrimiento emocional es mucho, lo mejor es retirarte por tu propio bien.
Espero este artículo te haya sido de apoyo. ¿Has estado en un ambiente así? Compártemelo en los comentarios.
Que terrible 😬 he identificado esos ambientes pero nunca he sufrido estar ahí 🤣
Woow!! qué tremendo artículo Andrés. Toca muchas fibras personales, creo que de la mayoría. En lo personal viví situaciones así con algunos jefes en los empleos que tuve, lo soporté porque necesitaba el sueldo (y ellos lo saben), sobre todo si uno está muy endeudado. Lo más triste es estar voluntariamente en grupos con líderes como estos, que no te pagan un centavo por tu participación y a costas hasta de nuestra salud, enfermos por tanto estrés de soportarlos. Si ese es el caso de alguien que lea esto, les recomiendo el libro que Andrés me recomendó y me ayudó mucho llamado EVITE SER UTILIZADO, ya que por falta de carácter nos volvemos peones de esta gente. Muchas gracias por…
Importante reconocer y aceptar que nuestro valor está en lo que somos, no en lo que hacemos y /o tenemos. No le des permiso a las personas de validarte si con eso te hacen sentir insuficientes y menos dejarte manipular con adulaciones.