Christine D'Clario es una cantante cristiana de las más influyentes en la actualidad, con veinte años de carrera y ocho álbumes publicados. Pero fue hasta el 2016 cuando decidió contar su historia en el libro Corazón Pródigo: Una doble vida rescatada y transformada por el amor del Padre perfecto. Nadie habría creído lo que le tocó vivir a Christine antes de ser reconocida.
En esta autobiografía ella relata cómo todo el dolor emocional que sufrió durante la niñez y la juventud la llevaron a rebelarse contra Dios mientras que al mismo tiempo cantaba como líder de alabanza en la iglesia.
«El estar enojada con Dios me hizo comprometer mi fe e integridad. Erré en mi pensamiento. Creía que Dios no podía amarme. Por tanto, mi respuesta era regresarle esta creencia al elegir no amarlo ni amar nada que tuviera que ver con Él».
Dios tuvo que restaurar su corazón antes de poderla llevar a tener el ministerio internacional de adoración por el que es conocida hoy, ya que Christine:
Fue víctima de abuso sexual cuando tenía cinco años.
Sufrió bullying, desaprobación y rechazo en su niñez.
Tuvo dependencia emocional con un novio abusivo cuando era adolescente.
Se entregó a la inmoralidad con el único objetivo de ofender a Dios.
Guardó rencor por años.
Se llenó de vanidad y orgullo.
Creía no valer nada.
Se convirtió en una hipócrita religiosa.
Se sentía orgullosa de su rebeldía contra Dios.
Cantaba en la iglesia solo para recibir aplausos.
Vivía con odio reprimido.
Tenía un deseo grande de ser famosa y rica para no sentirse defectuosa.
Una noche, se dio cuenta de la hipocresía y el desastre en el que estaba convirtiendo su vida. Llena de dolor y enojo le dijo a Dios lo siguiente:
«Mira, Dios. Si es cierto que tú me ves, que me amas, que tienes planes para mí, y todo eso que dice la Biblia, ¡tienes hasta la medianoche para demostrármelo! Digo, si es que me estás oyendo, y si es que en verdad existes. Si no lo haces, se terminó para mí. Me iré de la iglesia y me lanzaré de lleno al mundo, y esta vez es cierto. Porque si a ti no te importa lo suficiente como para mostrarte delante de mí antes de que termine el día, entonces a mí tampoco me importa lo suficiente como para mantener esta fachadita de niña de iglesia. Y si me pierdo en el camino, ¡pues que me pierda!».
Me encantaría contar cómo le respondió Dios aquel ultimátum, pero es mejor que lo leas. O si quieres escucharla a ella contarlo, puedes hacer clic aquí (es un video en YouTube).
En el libro, además de relatar lo que hizo mientras vivía su doble vida, Christine nos cuenta el hermoso proceso de restauración que vivió para ser sanada de sus heridas emocionales, de las expectativas irrealistas que tenía de sí misma, del deseo de atención y aprobación incesante que la embargaba, de su resentimiento contra los hombres por su ruptura amorosa y de sus propios deseos vanidosos.
Aun más, expone la hipocresía religiosa en la que los creyentes podemos caer al ignorar nuestros propios errores y dedicarnos a ser juiciosos con los de los demás, un tremendo fariseísmo del que ella era parte en aquel entonces.
Así que... si quieres leer una historia sincera, descarnada, que te haga comprender el amor de Dios, la importancia de la sanidad emocional y que plantee un nuevo enfoque sobre la parábola del hijo pródigo, este libro es la opción indicada.
Es de mis libros de cajón, de los que repaso semanalmente, ya que me identifico mucho con lo que Christine vivió y su proceso de sanidad emocional. Su vida y su ministerio han sido de bendición para mí, así como sus canciones (te comparto su perfil de Spotify).
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