En esta segunda parte de El cuento de la vida quiero hablarte sobre esas personas que aparecen con una misión exclusiva y única. Y, al contrario de lo que creemos, no tienen por qué quedarse en tu historia. Esos son los ficelle.
En Ficción se le conoce como ficelle a los personajes cuyo propósito es conectar al protagonista con una encomienda, una persona, una hazaña, una misión o un sitio específico. No se quedarán para acompañarlo después de eso.
Y eso ocurre en nuestra vida: llegan ficelles que nos presentan a personas que se convierten en amigos entrañables; a la chica o al chico que será nuestro compañero de vida; a la persona que nos ayudará a cumplir nuestro sueño. También pueden conectarnos con ese trabajo soñado o presentarnos un nuevo lugar para vivir.
Sin embargo, a pesar de que posiblemente les tengamos cariño, no tienen por qué quedarse en nuestro cuento. Por decirlo de otra manera, tendremos relaciones que durarán poco porque su misión será solo mostrarnos lo que necesitamos en el momento. Retenerlas puede no ser lo mejor para ellos ni para nosotros. Lo aclaro, ya que a veces lamentamos que alguien ya no está en nuestra vida, nos duele... Pero seguramente fue un ficelle, y debemos estar gozosos de que haya cumplido su misión en nuestro cuento.
¿Quiénes son tus ficelles? ¿Has sido un ficelle para alguien más?
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