He decidido iniciar esta sección de artículos sobre mi punto de vista de la vida, ya que desde hace unos años elegí verla como un cuento, una novela, un libro en el que ocurren cosas buenas y no tan buenas, donde nos topamos con todo tipo de criaturas: desde humanos o duendes, hasta sirenas, hadas y dragones… donde nos vemos forzados a evolucionar, como cualquier personaje de ficción. Dicho esto, quiero compartirte el primer artículo. Hoy escribo sobre nuestro dramatis personae.
¿Qué es el dramatis personae?
Es la lista de personajes que aparecen al inicio o al final de una novela para que el lector se oriente mejor. En varios libros infantiles aparecen ilustrados junto a una breve descripción, como ocurre en Anna Kadabra.
Todos tenemos un dramatis personae conformado por las personas con las que pasamos más tiempo, a quienes le damos nuestro cariño, atención o permiso de entrar a nuestra vida, cualquiera que sean sus motivos.
¿Por qué es tan importante elaborar un dramatis personae de nuestra vida?
Porque dependiendo de los personajes que se involucren en tu historia, esta puede volverse feliz, emocionante, aburrida o triste…
Existen personajes/personas que te valoran, te aprecian, te respetan, lo que convierte tu libro en uno muy bello. Sin embargo, existen otros que hieren tus sentimientos, se exaltan, te enojan, desprecian, envidian o entristecen, y tú has insistido en que se queden, quizá porque no te has dado cuenta de la función negativa que cumplen.
Es por eso que cada cierto tiempo, hago un dramatis personae de quienes están en mi vida. Esto me ayuda a definir cómo me han hecho sentir, si yo he estado pendiente de agradecer su presencia, o si ya es tiempo de dejarlos ir.
Ejemplo de mi dramatis personae de hace dos años, enfocado a mis amistades.
Amiga A: Una amiga leal, graciosa y compasiva, o al menos así lo fue por más de una década. Recientemente traicionó mi confianza, es muy voluble, ya no sé cómo va a reaccionar. No me siento seguro a su lado, solo me causa estrés buscar complacerla. Hay cariño, pero es momento de soltarla.
Amiga B: Una amiga a la que percibo que casi no le interesa mi vida, pero pienso en que su lenguaje del amor no es ese, sino los detalles, los actos de servicio, algo que siempre me obsequiado. Me ha dado muchos momentos buenos, nos une la confianza. Le tengo un cariño inmenso.
Amiga C y amiga D: Aparecen y desaparecen, pero puedo hablar con ellas de lo que sea como si no pasara el tiempo. Se alegran por las cosas buenas que ocurren en mi vida y me toman en cuenta para sus momentos buenos, o incluso no tan buenos. Hay mucho cariño, uno que supera el tiempo o la separación.
Así que te recomiendo escribir los nombres de quienes están en tu vida, una breve descripción sobre lo que representan para ti, bueno o malo, y luego tomar decisiones, ya que no puedes tener una historia de ensueño si permites antagonistas en ella.
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