«Henry Huggins»: La infancia en 1950
Imagina ser bibliotecaria en 1950. Tu trabajo es recomendarles libros a los niños que te visitan, pero ellos te dicen que no se les apetece ninguno de los que les ofreces porque no están protagonizados por chicos como ellos. Es por eso que escribes una historia cuyo personaje principal es un niño de 9 años llamado Henry Huggins.
Así inicia tu carrera literaria.
Bueno, eso ocurrió con Beverly Cleary cuya serie literaria Henry Huggins dio pie a series famosas, como Ramona Quimby, donde exploró las vivencias de los niños desde un punto de vista respetuoso, mas no moralizante ni adultocéntrico.
Beverly Cleary (Foto tomada de Wikipedia)
Para mí, leer el primer volumen de Henry Huggins, con ilustraciones de Tracy Dockray, fue una experiencia dulce y un frustrante, a pesar de que me gustó. Aquí te cuento por qué.
Henry, un niño común
La historia se desarrolla en un vecindario estadounidense donde Henry, de 9 años, se enfrenta a los problemas de la infancia y de la época en que vive. El libro no contiene una trama central, sino capítulos que están ligeramente conectados, casi como si fuera una serie infantil televisiva.
La ventaja es que cada uno de sus capítulos posee un inicio, un nudo y un desenlace, sin saltos de tiempo ni temas que sobreestiman o subestiman al lector, como el trabajo infantil, las burlas, el rechazo escolar, la pérdida y la responsabilidad. Todo está equilibrado. Por lo tanto, son entretenidos y sacan a relucir la característica más fuerte de Henry: que sabe resolver problemas.
Capítulos
1. Henry y Ribs
A Henry lo sigue un perro que está perdido, así que lo adopta. Sin embargo, el camino a casa le trae algunas dificultades, pues el transporte público no permite mascotas a menos que vayan en una caja de tamaño específico.
2. Olominas a granel
Henry compra algunas olominas —peces guppy— y las cuida tan bien que se reproducen con rapidez, al punto que ya no le caben en su casa.
3. Henry y las lombrices de tierra
Sin pretenderlo, Henry lanza la pelota nueva de su compañero Scooter a un auto que pasa de largo por la calle. Ahora deberá reponérsela aunque no tenga el dinero suficiente. Quizá recolectar lombrices le sea de ayuda.
4. La verde Navidad
La escuela de Henry inicia los preparativos de su obra escolar. El único problema es que le asignan el papel de un niño pequeño al que le darán un beso de buenas noches. ¡Qué vergüenza! Tendrá que buscar la manera de evitar su interpretación.
5. El perro rosado
Henry inscribe a Ribs en un concurso de perros en el que las probabilidades de que pierda son altísimas, pues no es de raza ni está amaestrado… ¡pero todo puede pasar!
6. El que lo halló se lo quedó
El verdadero dueño de Ribsi se aparece en la vida de Henry. ¿Significa que perderá al amigo canino que ha estado con él durante todo ese año?
Mi opinión
El libro es sencillo de seguir; los capítulos están bien estructurados y reflejan muy bien la época, tanto que me sentí como Marty McFly cuando viaja a la época de sus padres en Volver al futuro. Lo único que arruinó la experiencia y me provocó la frustración es que está muy mal editado: hay palabras mal escritas, fallas gramaticales y se usan mal las rayas y las comillas. Me sorprende que Harper Collins lo publicara así, aunque sospecho que es una edición digital pirata, pues la portada contiene la ilustración de 1950 y los interiores tienen las de las ediciones recientes. Eso me dejó mal sabor de boca, pues pagué USD 4 por él en Kindle.
Dejando por un lado las fallas editoriales, Henry Huggins es de esos libros que exploran la infancia cotidiana sin subestimar a los niños, muy similar a la serie de Amber Brown. Ahí reside su poder.
¿Y tú ya conocías Henry Huggins?