«Grayson»: Una historia de fe y esperanza
Lynne Cox (1957) es una nadadora de larga distancia que se hizo famosa por ser la primera mujer en nadar el Estrecho de Bering. No obstante, pocos conocen lo que vivió en su adolescencia con una cría de ballena mientras entrenaba en la costa. En su libro, Grayson, nos comparte esta historia que le cambió la vida. Aquí te cuento por qué.
¿De qué va Grayson?
Una mañana que Lynne está entrenando en las aguas de la costa californiana, se da cuenta de que los peces se alejan de la zona… Bastante raro que ocurra. Es en ese momento que siente algo duro bajo sus pies hasta que distingue un cuerpo grisáceo nadando a su alrededor. ¿Es un tiburón? No. Es una cría de ballena gris.
Lynne comienza a nadar de regreso a la costa, pero la cría se va detrás de ella, pues se siente protegida a su lado. La madre no está cerca, así que la adolescente se enfrenta a dos opciones.
Regresar a la costa con la posibilidad de que la ballena encalle por seguirla y que muera.
Permanecer con ella y esperar a que la madre la encuentre.
«Si no la encontrábamos, el bebé ballena se moriría de hambre o, sin su protección, podría ser fácilmente devorado por un tiburón blanco o una orca».
Es así que inicia esta historia de fe, esperanza y amor.
Compré el libro por accidente, así que lo empecé sin ninguna expectativa. La historia me pareció de ritmo lento, fácil de procesar y cuya fortaleza reside en los temas que aborda.
Recuerda cómo los hechos azarosos que vivimos nos ayudan a mejorar si mantenemos la esperanza al frente, recordando que la fe es lo único a lo que podemos aferrarnos cuando no hay otro plan. Es así que se convierte en historia confortadora, casi surrealista.
«A veces tienes que tener fe. A veces esa fe te lleva a donde quieres ir, a veces te acerca un poco, y luego descubres otra solución».
«Confiaba lo bastante en mí como para dejar que lo tocara. Pertenecíamos a dos mundos diferentes, éramos dos seres diferentes, con vidas diferentes. Y, aun así, de alguna manera nos entendíamos».
Así que recomiendo este libro a quienes disfrutan de historias reales, cortas, inspiradoras y que se sienten como un abrazo al corazón. Muy fácil de digerir, a decir verdad.