Lecciones de «El poder de ser vulnerable»: Ambientes de miedo y vergüenza

El poder de ser vulnerable

Me propuse a escribir varios artículos sobre uno de los mejores libros que leí en el 2022: El poder de ser vulnerable, de Brené Brown quien por más de 20 años se ha dedicado a la investigación de la vergüenza, la empatía y la conexión. En el artículo anterior abordé el sentimiento de insuficiencia por desaprobación. Hoy le toca a los ambientes basados en miedo y vergüenza.

Ambiente de miedo y vergüenza

Este ambiente usa la vergüenza, la humillación y el miedo para controlar a las personas, y siempre es dirigido por un jefe o líder soberbio. Puede darse en un trabajo, en una organización, un comité de vecinos, en una iglesia o en una familia. Pero, ¿cómo sabes si estás en un ambiente así?

Bueno, aquí te doy sus características.

1. Son liderados por personas soberbias

Las personas que manejan estos ambientes están llenos de vergüenza, por lo que la única escapatoria que encuentran para dejar de sentirla u ocultarla, es ejercer control sobre los demás a través del miedo. Humillan a sus subordinados, los hacen sentir insuficientes por no cumplir sus caprichos, los denigran y validan solo a través de su punto de vista, como si se creyeran Dios. El rasgo más predominante es que ven a sus subordinados como inferiores.

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2. Son deshumanizantes

En estos ambientes no eres una persona, sino un peón que está para cumplir una obligación, una expectativa o una tarea del líder/jefe. Tu valía reside en que satisfagas los estándares, exigencias, metas, labores o comportamientos que te piden. Tus necesidades, sentimientos y razones no cuentan, excepto tu obligación de cumplir lo que el líder soberbio quiere. Eres una herramienta.

La trampa de esta deshumanización es que no la notarás si cumples todo lo que quiere el líder, ya que te tratará como un rey, como un amigo, incluso te lamerá el ego, pero, a la primera ocasión que hagas algo que desapruebe, te convertirás en el último eslabón de su cadena alimenticia. Te denigrará peor que a los demás con tal de que le obedezcas otra vez.

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3. La humillación y la vergüenza son sus armas de control

Brené Brown menciona el ejemplo de la vida real de una oficina de ventas en la que había un pizarrón con el nombre de los ganadores —quienes cumplían las metas de venta— y de los perdedores —quienes no lo lograban—. Eso generaba una presión abrumadora sobre los empleados. Los perdedores se empeñaban en «dejar de serlo» y los ganadores en «mantener su puesto para no perder su valor». Al final, todos trabajan por el mismo objetivo, que era huir de ser avergonzados. Es así que se les manipulaba con el miedo a ser humillados y ninguno disfrutaba de su labor.

Y en este tipo de ambientes se maneja una ideología de este tipo, donde se felicita para que los demás se sientan mal de no ser felicitados; donde los felicitados no disfrutan de su éxito porque temen no repetirlo y ser humillados.

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4. Su líder rechaza a quienes brillan

Si tienes una idea innovadora que ayudará a mejorar las cosas o si tienes un don con el que muestras ser habilidoso, el líder te humillará o buscará hacerte quedar mal, ya que aceptar que alguien más puede brillar, además de él, es una amenaza directa hacia su persona. Hará que te sientas tan mal contigo mismo que creerás que su opinión es la única que cuenta.

Así es como finalmente el líder se posiciona en un papel donde se le ve como un dios y obtiene la capacidad de controlar a cualquier persona que sea parte de su ambiente.

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¿Quién es el culpable de que se promueva este tipo de ambiente?

El líder y los seguidores. El primero es culpable por intentar sanar su baja autoestima a través del control y, los segundos, por ceder a sus caprichos con tal de evitar la humillación. Es un bucle en el que ambas partes son prisioneras del mismo sentimiento: vergüenza.

¿Qué puedes hacer para sobrevivir en un ambiente así?

Recordar que la suficiencia es arbitraria. Es decir, puede que el jefe o el ambiente como tal te hagan sentir como una persona ineficiente o mala por no cumplir los caprichos del líder, pero eso no te define ni te quita valor. No existe un estándar de insuficiencia o suficiencia, así que las palabras que vengan de otros basados en sus estándares no cuentan. Eso es lo que no puedes olvidar.

¡Huye de los ambientes de miedo y vergüenza!

¿Has estado en un ambiente así? Compártemelo en los comentarios.

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