«Wonka»: Un homenaje a Roald Dahl

El año antepasado se estrenó Wonka, la precuela de Willy Wonka y la fábrica de chocolate (1971), basada en la novela Charlie y la fábrica de chocolate, de Roald Dahl. Tengo que admitir que la vi predispuesto a decepcionarme por las reseñas negativas que leí en redes… pero ocurrió todo lo contrario. La película fue y se sintió como un homenaje al mundo de su autor y hoy te cuento por qué.

¿De qué va Wonka?

Un Willy Wonka en sus veintitantos años llega a una ciudad europea para cumplir su sueño de ser chocolatero. Sin embargo, se ve obligado a servir como esclavo en un hotel de mala muerte por las tretas de su hospedadora. Por eso, a escondidas de ella, da conocer sus creaciones en la plaza de la ciudad, lo que le trae problemas con tres chocolateros: Prodnose, Slugworth y Fickelgruber.

¿Por qué se siente como un homenaje al autor?

1. Respetaron a Willy Wonka

No cambiaron la esencia de Willy quien en los libros es un hombre extravagante, excéntrico y que en ocasiones parece estar fuera de la realidad. A pesar de que en esta película demuestra mucha ingenuidad, es comprensible debido a la edad que tiene. Por lo demás, sus otras características prevalecen.

2. Se apoyaron en las creaciones secundarias de Roald

En la novela Charlie y la fábrica de chocolate se menciona a los rivales chocolateros de Willy: Fickelbrugger, Slugworth y Prodnose. El hecho de que los utilizaran como antagonistas principales para la cinta y les dieran sus propias personalidades se me hizo una buena decisión a pesar de que en el material de origen se les mencione en un solo capítulo.

3. Usan nombres dahlescos

Cualquiera que leyó los libros de Dahl recuerda los nombres y apellidos de sus personajes: Trunchbull y Wormwood [Matilda], Benito, Buñuelo y Bufón [El Superzorro], Spike y Sponge [James y el durazno gigante], entre otros. Pues los personajes de esta película no se quedan atrás: cada uno cuenta con un apellido gracioso que va acorde a su personalidad o algo que lo caracteriza.

4. Los personajes son extremadamente caricaturizados

Un aspecto memorable de las historias de Roald es la caricaturización extrema de sus personajes, pues rayan en lo ridículo y lo satírico, lo que funciona excelente para el tipo de historia y la manera en que se cuenta. En sus novelas, los malos son extremadamente malos, los tontos son muy tontos y los buenos demasiado buenos. La película no es la excepción.

5. Usa la sátira para hablar de temas peliagudos

La película no pretende ser políticamente correcta. Cuenta con un par de chistes que solo algunos adultos pueden captar, los villanos son despreciativos y se coloca a una figura religiosa como corrupta. Por supuesto que nada de esto convierte la cinta en un peligro para los niños; al contrario, presenta la realidad de un mundo imperfecto pero con pizcas de fantasía cotidiana y comicidad… justo como todas las novelas de Dahl.

Así que, en definitiva, es una película que no puedes perderte. Si eres un lector de Dahl, la vas a disfrutar mucho; a lo mejor encuentras el guiño a otra de sus novelas en la escena poscréditos. (Si la viste, compártemela en los comentarios.)

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