5 Lecciones de amistad de «El baile de las luciérnagas»

El Baile de las Luciérnagas, de Kristin Hannah, es el único libro que me ha hecho llorar en mi vida lectora, por lo que se convirtió en mi favorito de la narrativa contemporánea. Justamente, en otro artículo compartí por qué me encantó, y especifiqué el hecho de que representa muy bien los aciertos y los retos de la amistad verdadera. Por eso te comparto las lecciones que aprendí de él.

1. Un verdadero amigo no te etiqueta

Puede que un amigo no siempre esté de acuerdo con tus decisiones, tu estilo de vida, tus deseos, tu ideología o fe, pero eso no debe ser una razón para que te invalide, envilezca, irrespete ni desprecie. Un verdadero amigo respeta sin importar cómo eres, así que no te juzga a través de lo que él cree que es correcto según su punto de vista. (Claro, puede darte su perspectiva, pero sin intentar humillarte o despreciarte.)

Lecciones de El baile de las luciérnagas

2. Un verdadero amigo no te resiente ni te envidia

Cada persona es diferente, así que habrá momentos en los que serás más hábil que tu amigo en algún área, te llegarán mejores oportunidades que él o simplemente tu vida será un poco más cómoda que la suya. Pues un verdadero amigo no se siente inferior, no te envidia por lo que has conseguido ni tampoco demerita tus logros; al contrario, se alegra, ya que comprende que tú tienes derecho a tener buenos momentos, así como él los ha vivido y vivirá en otras ocasiones.

Lecciones de El baile de las luciérnagas

3. Un verdadero amigo te enoja

Un amigo hará acciones que te hieran, enojen, decepcionen... Es normal, ya que es imperfecto y humano, como tú o como yo; no necesariamente significa que sea un mal amigo. Sin embargo, si es un verdadero amigo, se disculpará y cambiará para no repetirlo. Por otro lado, si muestra actitudes muy agresivas hacia ti o lleva bastante tiempo haciéndote sentir incómodo, es tiempo de dejarlo de ir… Lo que lleva al siguiente punto.

Lecciones de El baile de las luciérnagas

4. Todo amigo verdadero tiene un tiempo

Quizá esa amistad de la que ahora te sientes agradecido solo durará dos meses más. No tengas miedo de perderla ni de que se acabe su tiempo. Lo importante es lo que siembra en ti mientras las tienes, los momentos que viven juntos y los recuerdos que coleccionas a su lado. A veces, retenerlas más de lo debido termina dejándote un mal sabor de boca.

En lo personal, me entristecía por las amistades que se terminaban, fuera porque ambos cambiamos o porque las circunstancias nos alejaron; no obstante, después de leer la novela adopté la mentalidad de agradecer el tiempo que las tuve, porque en ese momento hicieron mi vida más feliz. Siempre es bueno recordar que un amigo verdadero tiene su tiempo: a veces es poco, a veces es mucho y a veces es para siempre.

Lecciones de El baile de las luciérnagas

Así que espero que estas lecciones te hayan sido de apoyo para ser un amigo verdadero, identificar quién lo es o quién debe partir de tu vida. Gracias, El baile de las luciérnagas.




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