«El niño en el hotel al borde de la carretera»: Pequeños puntos de inflexión
¿Alguna vez viviste una experiencia que, aunque duró poco, marcó tu vida? Yo sí, supongo que tú también, y el autor Jairo Buitrago nos presenta una historia sobre estas vivencias en su álbum ilustrado El niño en el hotel al borde la carretera.
Podría pensarse que está dirigido a adolescentes, pero no. El mismo autor ha dicho que es para todas las edades. ¿Y por qué?
Una ida al hotel
La protagonista, una preadolescente poetiza, llega a un hotel que se encuentra al borde de la carretera, junto con sus padres y su abuela para pasar un fin de semana relajado. Al ir a disfrutar de la piscina, la persona que se lleva su atención es un adolescente que está sacando los desperdicios del agua con una red. Ella se le acerca y, al hablarle, descubre a quien que marcará su vida.
Cortísimo y poético
El libro tiene un estilo lírico que enfatiza el punto de vista de la protagonista —poeta— y que le confiere un toque emocional a la historia, sin llegar a lo dulzón o patético. Además, es poco extenso, con una trama sencilla cuya fuerza reside en la capacidad de reflejar cómo los sentimientos son capaces de tomar una experiencia común y convertirla en algo eterno que nos recuerda el regalo de sentirnos vivos.
No puede dejarse por un lado el trabajo de Alberto Mont, cuyas ilustraciones caricaturizadas con toques naíf expresan lo melancólico y tranquilo de la vida, lo que a veces es inesperado.
Si te decantas por las historias cortas con un bagaje emocional fuerte, El niño en el hotel al borde de la carretera te recordará cómo los pequeños momentos de la vida tienen la misión de transformarnos si estamos dispuestos a sentir.